La doctora Ana Cairo Ballester, durante más de cuarenta años de labor investigativa, ha contribuido a la comprensión de la historia cultural de la nación a partir del estudio de problemáticas, ideas, pensamientos y obras de personalidades que sobresalieron en los ámbitos político e intelectual cubanos.
Resumir su desempeño académico es una tarea ardua, porque atesora varios premios y reconocimientos; ha publicado numerosos artículos y ensayos, siete libros y alrededor de diez compilaciones comentadas.
Es doctora en Ciencias Filológicas y profesora titular y consultante de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, donde imparte Literatura y Cultura Cubana y ofrece cursos monográficos sobre relevantes intelectuales como José María Heredia, José Martí, Máximo Gómez, Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras, Raúl Roa, Juan Marinello, Eduardo Chibás, Alejo Carpentier, Fernando Ortiz y Nicolás Guillén.
Doctora, ¿cuándo comenzó a investigar sobre personalidades cubanas?
Estudié en la Escuela de Letras y de Arte de la Universidad de La Habana. En diciembre de 1972me gradué como licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas. La enseñanza de la Escuela de Letras facilitaba formarse en Literatura, tenías un conocimiento sobre problemas lingüísticos y, además, recibías asignaturas de Historia. Por lo tanto, desde la propia praxis universitaria relacionábamos la literatura con otras formas del estudio, con otros tipos de conocimiento.
En enero de 1973 me incorporo como investigadora al Grupo de Estudios Cubanos, adscrito al vicedecanato de investigaciones de la Facultad de Humanidades. Además, de manera paralela impartía clases de Literatura.
Una vez que empiezo a indagar sobre los intelectuales de la década de los veinte del siglo pasado me percato que no era posible estudiar sus obras literarias sin incluir la praxis social y política de cada uno. El camino de formación como investigadora supuso trabajar de manera coordinada a esos intelectuales.
¿Cuándo emprende las investigaciones sobre el cimarronaje?
Yo realizo estudios sobre distintas ramas del saber. Durante los años que he impartido la docencia he trabajado temas relacionados con la esclavitud. En ese tiempo fui acumulando mucha información sobre algunas problemáticas de la recreación que ha tenido la esclavitud en diferentes soportes como el literario, musical, el teatro y el cine.
Para un número de la revista Catauro, dedicado a la Ruta del Esclavo, me pidieron realizar un artículo sobre las repercusiones literarias y artísticas del tema de la esclavitud y específicamente me pidieron que trabajara el cimarrón. Cuando empiezo a escribir me percato que tenía bastante material, así que lo que comenzó siendo un artículo se convirtió en un libro: Bembé para cimarrones (2005), el cual será reelaborado porque la primera edición solo pudo ser financiada con un número determinado de páginas y mi investigación abarca mucho más. Quiero hacer una segunda edición, no sé si será un libro o una multimedia.
La esclavitud es una problemática que se estudia desde sus múltiples repercusiones. Es un sistema de relaciones, existieron muchos tipos de esclavitud y de esclavos. En relación con este tema, más que estudiar el fenómeno de la esclavitud, yo estudio sus repercusiones culturales a lo largo de más de doscientos años.
¿Qué representó para usted ser galardonada con el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2015?
El Premio para mí fue una sorpresa, porque nunca he trabajado—ni lo haré— para premios. Trabajo porque me interesa la investigación desde que era una estudiante universitaria, y creo que me mantendré investigando mientras tenga salud. Mis investigaciones son muy particulares, no son como los temas económicos u otros que tienen más realce tanto político como social, es por eso que me sorprendió. Recuerdo que cuando recibí la noticia estaba investigando en la Biblioteca Nacional José Martí.
¿Qué significado tiene para usted el Premio Catauro Cubano?
Es una sorpresa también; colaboro con la Fundación Fernando Ortiz desde sus inicios. En la medida de mis posibilidades, he tratado de mantener esa relación.
Agradezco muchísimo este premio porque una de mis líneas de investigación es la figura de Ortiz y su contribución a los estudios culturales cubanos. Ahora pretendo realizar un libro donde compile informaciones poco conocidas sobre este gran etnólogo y antropólogo cubano.
He realizado trabajos para la revista Catauro, creo que es una de las mejores que se publican en lengua española en Cuba y en América Latina. Esta publicación ofrece una mirada antropológica abierta e interdisciplinaria. Ha abordado temas como el de la cultura de la ganadería, del mar, el café, así como problemas de las humanidades y de las ciencias sociales.