Por Aurelio Francos.
Hace 254 años, el 14 de septiembre de 1769, nació en Berlín Alexander von Humboldt, sabio naturalista y humanista universal que realizó dos estancias de trabajo en nuestro país entre 1799 y 1804, como parte de sus exploraciones científicas -junto al prolífico botánico francés Aimé Bonpland- abarcando amplios territorios americanos de las actuales naciones llamadas Ecuador, Estados Unidos, Colombia, Cuba, México, Perú y Venezuela.
Los cuatro meses que suman ambas visitas científicas por áreas de La Habana, Batabanó y Trinidad resultan de una productividad intelectual sorprendente, cuya aplicación teórica y práctica sigue vigente en nuestros días gracias a obras tan meritorias como Ensayo político sobre la Isla de Cuba y Diario “Habana 1804”.
El primero de esos libros se editó en idioma francés (París, 1807), seguido de las impresiones realizadas en español (Madrid, 1826) e inglés (Nueva York, 1856), hasta llegar a las dos correspondientes a La Habana (1930 y 1998) gracias a la esmerada atención brindada hacia la vida y obra de Humboldt por antropólogos cubanos como Fernando Ortiz y Miguel Barnet. En las palabras introductorias a dichas ediciones podemos leer, respectivamente:
“Alejandro de Humboldt está íntimamente enlazado a la historia de la cultura cubana y de la conciencia nacional, pues fue uno de los que, a comienzos del siglo XIX, estudiaron los caracteres culminantes de la sociedad que aquí vivía y sus factores geográficos, físicos y económicos, abriendo una trocha en la fronda por donde después penetraron José Antonio Saco, La Sagra, Poey, Rodríguez Ferrer y tantos otros.” (Fernando Ortiz Fernández, COLECCIÓN LIBROS CUBANOS. La Habana, 1930).
“Nadie como Fernando Ortiz supo aquilatar la magnitud de la obra de Alejandro de Humboldt y reconocer que su trascendencia lo hacía fuente imperecedera de la obra filosófica del patriarcado intelectual cubano, de lo iniciado por Varela, Saco, Arango y Parreño, Heredia, Poey, Villaverde, Domingo del Monte, y Luz y Caballero.”… …“Al lector cubano y al del mundo ofrecemos este libro, monumento de creación para el hombre de todos los tiempos, motivados hondamente con esta conjunción de dos científicos insignes, útiles y provechosos, contribuyentes a nuestra identificación, iluminados e iluminándonos desde sus visiones enciclopédicas, interdisciplinarias y globales, siempre imbuidos de las ideas experimentales de una ciencia moderna para el progreso y el desarrollo. ¡Sea pues en homenaje a nuestros segundo y tercer descubridores!” (Miguel Barnet Lanza, FUNDACIÓN FERNANDO ORTIZ. La Habana, 1998).
En cuanto al libro titulado Alexander von Humboldt. Diario Habana 1804, constituye una revelación de las notas escritas en alemán, inglés y francés por el pensador explorador durante su último viaje a Cuba. Anotaciones que Humboldt llamó sencillamente “mon Journal en La Havane” pero que son de vital importancia para interpretar en profundidad su corpus científico.
En el motivador análisis que precede a ese diario (traducido cuidadosamente por Rafael Rodríguez y Michael Zeuske), este último argumenta:
“Los escritos de Humboldt, eran y son, en un sentido positivo, un caos creativo.”…
…“Con este presente libro del diario “Habana 1804”, Cuba se convierte en uno de los pocos países latinoamericanos en el que se publica por entero en formato de papel uno de los diarios de investigación. Cuba también es el único país de ese mundo que tiene una casa museo enteramente dedicada a Alexander von Humboldt.”… …“Desde una perspectiva histórica global, y también desde una perspectiva humana, Humboldt es uno de los mejores exponentes de la aplicación de la ciencia al progreso de la humanidad.” (Michael Zeuske, BIBLIOTECA NACIONAL DE CUBA. La Habana, 2021).
La publicación de esas dos obras, junto a otros títulos y actividades que reflejan los vínculos históricos, culturales y socio-económicos entre alemanes y cubanos desde una perspectiva académica abarcadora, han contado con el decisivo auspicio del Instituto Goethe y la Embajada de Alemania en Cuba. Igualmente, la Fundación Fernando Ortiz, la Casa Museo Alejandro de Humboldt de la Oficina del Historiador de La Habana, el Parque Reserva Natural de flora y fauna cubanas Alejandro de Humboldt, entre muy diversas instituciones de ambos países han contribuido al creciente conocimiento de su legado científico, cívico y humano.
Casi dos siglos después del fallecimiento de Alejandro de Humboldt a los 90 años de edad (Berlín, 1859) se mantiene latente su creativo pensamiento e infatigable acción como un ejemplo en todos los ámbitos a los que se consagró: Geografía, Historia, Demografía, Sociología, Antropología… con aportes tan valiosos y valientes como puede apreciarse en su actitud anti-esclavista:
“Es cosa de llorar cuando piensa uno que haya todavía en las Antillas colonos europeos capaces de marcar a sus esclavos con un hierro candente para reconocerlos e identificarlos cuando se le escapan.”
Una inquebrantable línea ética que continúa hasta el enciclopédico libro de 1845 que coronó su vida y obra, titulado Cosmos: “Al sostener yo la unidad de la especie humana, quiero también rechazar la desagradable pretensión de que existen razas superiores e inferiores. Ciertamente que las razas son modificables, y que las hay más adecuadas que otras por haber logrado una mayor cultura mental, pero no hay razas más nobles que otras.”